Tipos de team building
Traducido literalmente como “construcción de equipos”, el team building es un conjunto de actividades pensadas para mejorar la cohesión, la comunicación y la colaboración entre las personas que comparten un mismo reto profesional. Cuando están bien diseñadas, estas dinámicas sirven para reforzar la confianza, facilitan la resolución de conflictos y ayudan a que la motivación no dependa solo de la inercia del día a día. Después de todo, cuando el equipo funciona, la mejora en rendimiento se nota, ya que los tiempos de espera son más cortos, se reducen fricciones entre compañeros y la toma de decisiones es más rápida y fluida.
Hoy en día, con entornos empresariales tan competitivos y con objetivos cada vez más ambiciosos, las empresas necesitan equipos que trabajen sincronizados y con propósitos claros. Tal vez este sea el motivo por el que ha crecido tanto la demanda de experiencias de team building que sirven para cumplir distintos objetivos además de ser entretenidas y divertidas. En este contexto, no cabe ninguna duda de que ViviendoDelCuento destaca por crear propuestas elegantes y creativas, capaces de adaptarse a cualquier espacio, tiempo y presupuesto sin perder calidad.
Por este motivo, en las siguientes líneas vamos a tratar de repasar cuáles son los principales tipos de team building que puedes encontrar hoy en día, cómo se clasifican y qué conviene tener en cuenta para elegir la dinámica que mejor encaje con los objetivos de tu empresa. ¡Sigue leyendo nuestro artículo si quieres conocerlos de primera mano con nosotros!
Tipos de team building según dónde se celebra
Una primera forma de clasificar el team building es por su localización. El formato indoor, como su propio nombre indica, se desarrolla en espacios interiores —salas de reuniones, auditorios, hoteles o incluso en la propia oficina— y suele apostar por dinámicas donde lo importante es incentivar la concentración, la comunicación y la resolución de problemas. Son escenarios ideales para trabajar habilidades específicas sin distracciones, como negociar, analizar, planificar y tomar decisiones bajo presión.
En el polo opuesto está el outdoor, que se celebra al aire libre, como en parques, playas, instalaciones deportivas o entornos naturales. En estos, la acción adquiere más protagonismo. Las actividades son más dinámicas y físicas —circuitos, gymkhanas, desafíos por equipos— y favorecen la motivación, la cooperación y el liderazgo. Además, el cambio de entorno ayuda a “desconectar para reconectar”, algo valioso en aquellos momentos en los que la plantilla necesita un cambio de aires.
También existen formatos mixtos que se apoyan en ambos marcos. Por ejemplo, una jornada de team building que arranca con un taller de creatividad interior para alinear metas y que culmina con un reto colaborativo al aire libre. Esta combinación permite trabajar distintas competencias en un mismo programa para perfiles muy diversos dentro del equipo de trabajo.
Según los objetivos a alcanzar
Otra manera de clasificar los tipos de team bulding es centrarnos en los objetivos. Si el objetivo es mejorar la cohesión en un grupo recién formado, conviene priorizar dinámicas que permitan reducir la distancia entre personas, reforzar la confianza y generar recuerdos compartidos. Ahora bien, cuando hablamos de equipos veteranos, puede resultar más útil enfocarse en reforzar habilidades específicas, como la comunicación, la creatividad, el liderazgo o la toma de decisiones en situaciones de incertidumbre, que son algunas de las habilidades que se pueden debilitar con el paso del tiempo.
Cuando una empresa quiere promover sus valores —el trabajo en equipo, la atención al cliente, la sostenibilidad—, el team building es una excelente herramienta para que se plasmen en acciones concretas. Del mismo modo, en contextos bajo presión o tras cambios organizativos, las dinámicas pueden orientarse a solucionar conflictos, mejorar la escucha activa, así como la creación y desarrollo de algunas reglas de juego que el propio equipo pueda asumir como propias.
No olvidemos que uno de los objetivos más sencillos y recurrentes es que los miembros del equipo se conozcan mejor. Es decir, saber qué motiva a cada persona, cuáles son sus fortalezas, en qué rol se siente cómoda y qué apoyo necesita el resto del grupo. Ese conocimiento es perfecto para reducir roces y malentendidos, refuerza el respeto y hace que el equipo esté más preparado ante los picos de trabajo.
El team building en el entorno virtual
Por supuesto, el trabajo híbrido y remoto también ha normalizado el team building en formato online. Hablamos de experiencias completas que aprovechan plataformas colaborativas, salas virtuales y dinámicas de gamificación. Bien planteadas, las actividades digitales pueden evitar que los empleados se desmotiven y promueven la participación de personas que forman equipos distribuidos por distintas ciudades o países.
La clave reside en diseñar sesiones más cortas e interactivas, estas suelen alternar pruebas de ingenio, retos creativos y momentos de reflexión en equipo. Suele haber un facilitador o instructor que tiene un papel crítico para involucrar a los más tímidos, hacer que la conversación sea más equilibrada y garantizar que la experiencia sea entretenida y gratificante. Además, los formatos virtuales ofrecen la posibilidad de obtener y consultar métricas de participación, analizarlas y sacar conclusiones que se pueden aplicar en el día a día de la empresa.
Actividades solidarias de team building
Cuando el equipo se une para ayudar a otras personas, la motivación puede subir al siguiente nivel. Las actividades solidarias cuentan con un propósito social o medioambiental: reforestación, limpieza de playas, montajes de kits escolares, apoyo a bancos de alimentos o la realización de talleres con entidades locales. Más allá del impacto directo, estas iniciativas generan orgullo de pertenencia y permiten alinear a la plantilla con un propósito común. El aprendizaje es doble, ya que permiten fortalecer lazos entre empleados y, al mismo tiempo, consiguen aportar valor.
Actividades temáticas de team building
Las experiencias temáticas son una apuesta segura para implicar a perfiles muy diferentes. Elegir un hilo conductor —cine, música, aventura, gastronomía, historia— aporta narrativa, identidad y diversión. Un equipo puede, por ejemplo, rodar su propio corto para comunicar valores corporativos, producir una canción que actúe como “himno” de la compañía o viajar a otra época con una ambientación histórica que inspire cooperación y estrategia.
La temática actúa como catalizador y permite que los empleados se desinhiban, salgan de su zona de confort, desarrollen su creatividad y puedan establecer y fortalecer lazos de compañerismo y de amistad entre ellos. En Viviendo Del Cuento encontrarás una gran variedad de actividades temáticas de team building que no tenemos ninguna duda, encantará a tu equipo de trabajo.
Ejemplos de actividades de team building
Sin duda, existen algunos formatos que funcionan muy bien y que, además, pueden adaptarse a distintos tamaños de grupo y espacios. Un clásico que da mucho juego es el escape room corporativo, donde la presión del tiempo obliga a comunicar con claridad, repartir roles y confiar en el criterio de los demás.
Por ejemplo, con Viviendo del Cuento, podrás vivir la experiencia de link building, Team Movie. En ella, el equipo vivirá un rodaje real en el que el guion, la producción y la actuación quedan repartidas por talentos y afinidades; el resultado es un corto que condensa valores y anécdotas del día. Entrando en el terreno de la música, la batucada pasacalles tiene el objetivo de que todos sigan un mismo compás y trabajen la coordinación.
En definitiva, podemos decir que detrás de cada uno de estos formatos hay mucho trabajo profesional para que la experiencia no se quede en “pasarlo bien”, sino que sirva para aportar un aprendizaje que el equipo pueda trasladar a su día a día en el trabajo: escuchar más y mejor, comunicar con foco, decidir con criterio, cooperar y celebrar los logros propios y ajenos.