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Pros y contras de pedir una excedencia

  • enero 13, 2023
  • 10 min read
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Pros y contras de pedir una excedencia

La excedencia es un derecho que los trabajadores tienen a su alcance y que consiste en la posibilidad de solicitar a su empresa la suspensión temporal de la relación laboral,con la idea de volver al puesto de trabajo finalizada la excedencia.

Se trata de un derecho que recoge el Estatuto de los Trabajadores y que no implica una baja voluntaria ni el fin de la relación contractual, sino un ‘paréntesis’, en el que el trabajador dispone de un tiempo determinado, en el que deja de prestar sus servicios a la empresa y, lógicamente, no percibe su salario.

Hay varios tipos de excedencia y acogerse a ellas requiere cumplir una serie de condiciones y requisitos. A la hora de pedir una excedencia es normal que surjan dudas, ya que, se trata de una situación laboral que presenta ventajas e inconvenientes que conviene conocer bien ante de solicitarla. Si te lo estás pensando y quieres saber los pros y contras de pedir una excedencia, te los detallamos en este artículo.

10 puntos a favor de pedir una excedencia

Básicamente, hay dos tipos de excedencia: la forzosa, que se produce cuando la elección o designación para desempeñar un cargo público resulta incompatible con el ejercicio del trabajo actual, y la voluntaria, la que el trabajador (no solo funcionarios) puede solicitar tras sopesar las ventajas e inconvenientes que va a reportarle la nueva situación. Como puntos a favor de pedir una excedencia hay que valorar:

  • El tiempo disponible.  Disponer del propio tiempo es el sueño de muchos y la gran ventaja de estar en excedencia. Cualquier trabajador que tenga al menos un año de antigüedad en la empresa puede solicitarla, por un tiempo mínimo de cuatro meses y máximo de cinco años (como norma general), un tiempo precioso que puedes dedicar a tus propios intereses, al cuidado de hijos biológicos o adoptados, a la atención de familiares o a recorrer el mundo en un velero.
  • Trámite sencillo y mínimas explicaciones. Pedir una excedencia no requiere complejos trámites. Simplemente el trabajador debe solicitarla por escrito, indicando siempre el tiempo en el que quiere la suspensión de la relación laboral. La excedencia no exige ningún tipo de preaviso, aunque siempre es conveniente comunicarla con tiempo suficiente para que la empresa pueda estudiar la solicitud, organizarse a nivel plantilla y responderla. Importante es también el hecho de no estar obligado a dar explicaciones sobre los motivos por los que se pide. Hay supuestos objetivos, recogidos por Ley, como el cuidado de los hijos u otros familiares, pero si la pides porque quieres tomarte un tiempo para pensar en tu futuro, no tienes por qué contarlo. Lo único que haz de dejar claro es la duración de la excedencia que solicitas.
  • Recibes tu finiquito. Una excedencia no es una baja ni un despido, pero en la mayoría de los casos, las empresas liquidan al trabajador posibles cantidades dinerarias pendientes derivadas de vacaciones, prorrateo de pagas extra, bonus, etc.
  • Otras opciones laborales sin perder el puesto. Entre los pros de una excedencia hay que incluir la seguridad que implica poder llevar a cabo planes y proyectos laborales sabiendo que hay un ‘plan B’ un puesto de trabajo que, en principio, tienes derecho a solicitar. La excedencia es un buen recurso, por ejemplo, para disponer de tiempo para preparar unas oposiciones (y poder volver en caso de no sacarlas adelante), para poner en marcha un proyecto de emprendimiento o para probar a trabajar en otro sector de actividad que te resulte más atractivo.

La excedencia implica la suspensión de la relación laboral entre un trabajador y su empresa por un tiempo determinado

  • Derecho preferente de reincorporación. Hay que dejar claro que la excedencia no garantiza que vas a tener el mismo puesto de trabajo que dejaste, pero sí conlleva un importante derecho preferente de incorporación a ese puesto si está vacante (tendrías preferencia frente a otros candidatos) o a otro de categoría similar. Ventaja extra supone la excedencia para cuidado hijos, ya que, este caso la empresa sí está obligada a reservar el puesto de trabajo durante el primer año.
  • Las excedencias se pueden prorrogar y pedir más de una vez. Si has pedido una excedencia por un tiempo inferior al máximo y estás inmerso en otros proyectos para los que quieres tener más tiempo manteniendo, por tanto, suspendido tu contrato con la empresa, puedes solicitar una prórroga. Las empresas suelen concederla, pero ¡ojo! no están obligadas a hacerlo. Ventaja adicional es también la posibilidad de pedir más de una excedencia en el transcurso de tu vida laboral, siempre teniendo en cuenta que entre una excedencia y otra deberán haber pasado al menos cuatro años.
  • Volver al trabajo con más energía. Al hablar de los puntos a favor de pedir una excedencia no hay que olvidar los beneficios que implica desconectar del trabajo por un periodo de tiempo, tanto a nivel físico como psíquico y emocional. Una excedencia corta, de unos meses o un año, puede ser la mejor solución para retomar el trabajo con energías renovadas y capacidad para afrontar nuevos retos laborales.
  • Continuar formándote. Durante la excedencia no solo tienes la oportunidad de continuar formándote por tu cuenta en tu sector de actividad o en uno nuevo, también tienes derecho a participar en los cursos de formación que ofrezca la empresa, aunque vuestra relación contractual esté en suspenso.
  • Derechos en caso de no poder reincorporarte. Las posibles dificultades en la reincorporación es un tema que preocupa a la hora de pedir una excedencia, pero hay que tener en cuenta que cuando volver al puesto de trabajo o a uno similar no es posible, generalmente la situación suele acabar con un despido improcedente (si el trabajador está conforme) que, además de la correspondiente liquidación, implica derecho a paro.
  • No puede ser denegada salvo en determinadas circunstancias. La excedencia es un derecho del trabajador que la empresa debe atender (le venga bien o no). Siempre que quien la solicite cumpla los requisitos, la empresa está obligada a concederla, salvo casos puntuales. Por ejemplo, si dos o más trabajadores, que cumplen funciones similares, la solicitan a la vez y, por razones justificadas que afectan a la propia actividad empresarial, ese derecho podría verse limitado a la hora de ejercerlo de manera simultánea.

10 puntos en contra de pedir una excedencia

No todo son ventajas. A la hora de pedir una excedencia también hay que valorar los principales puntos en contra como:

  • Pérdida de ingresos. Resulta evidente que no cobrar el sueldo es la principal desventaja de estar en excedencia. Al pedirla y hacerse efectiva no solo renuncias al salario, sino a todas las posibles ventajas económicas asociadas al trabajo: bonos para comidas, ayuda al transporte, seguro médico…
  • No cotizas (salvo excepciones). Durante el periodo de excedencia, la empresa no cotiza a la Seguridad Social por el trabajador, algo que hay que tener en cuenta porque puede afectar a prestaciones futuras relacionadas sobre todo con la jubilación. Solo en algunos casos (cuidado de hijos o familiares), aunque la empresa no cotice, la Seguridad Social puede considerar determinados periodos como tiempo cotizado a determinados efectos, siempre excluyendo la prestación por desempleo.
  • El tiempo de excedencia no suma antigüedad laboral. Así lo señalan sentencias recientes del Tribunal Supremo, ya que, este tema ha sido objeto de controversia. Los meses o años de excedencia voluntaria no se computan como antigüedad laboral, algo especialmente importante en el caso de los funcionarios, que no sumarían trienios a su carrera profesional y también en el de cualquier otro trabajador, ya que, afectaría a la posible indemnización por despido, a la pensión de jubilación o al paro.
  • Las prórrogas de la excedencia pueden ser denegadas (en algunos casos). Como hemos indicado, pedir una prórroga de excedencia es posible y supone una ventaja, pero hay que tener muy presente la posibilidad que tiene la empresa de denegarla. Puede que hayas iniciado otra actividad laboral o arrancado un nuevo proyecto para el que necesitas más tiempo y tu solicitud sea denegada dejándote en una situación algo complicada.
  • El puesto de trabajo puede no estar disponible. Probablemente sea uno de los grandes inconvenientes de las excedencias. El riesgo de que tu puesto de trabajo, o uno similar, ya no esté a tu alcance existe. En estos casos, las negociaciones con la empresa no siempre son fáciles. Si no existen vacantes acordes a tu perfil y experiencia, la empresa no está obligada a reincorporarte. Esta situación puede acabar en una demanda en la que exijas tu reingreso, o en un despido improcedente.

No percibir el salario y no sumar cotizaciones ni antigüedad son las principales desventajas de pedir una excedencia

  • Durante la excedencia no cobras paro. Salvo contadas excepciones (estipuladas por Ley y por convenios colectivos) el tiempo de excedencia es totalmente incompatible con la posibilidad de cobrar la prestación por desempleo. El motivo es que la relación laboral con la empresa sigue existiendo porque únicamente está suspendida. Aunque, seguramente, te vendría muy bien el dinero del paro durante la excedencia, en una voluntaria es muy difícil acceder a la prestación sin despido previo.
  • La reincorporación no siempre es sencilla. Si pides una excedencia con idea de volver a tu puesto una vez finalizada, éste es un factor que debes tener en cuenta. Puede que en este tiempo tu empresa haya cambiado de ubicación, tal vez no queden muchos de tus antiguos compañeros o quizá los métodos de trabajo y las políticas de empresa que se desarrollan a tu regreso tengan poco que ver con las que dejaste hace unos años. La desconexión con el entorno laboral puede ser un serio inconveniente a la hora de volver.
  • Sentimientos negativos. Es un riesgo al que se enfrentan algunas personas que han pedido una excedencia, sobre todo si llevan muchos años desempañando su trabajo. Detener la actividad laboral de un día para otro puede desencadenar todo tipo de sensaciones, positivas en la mayoría de los casos, pero negativas en algunos. Tristeza, ansiedad o depresión pueden llegar a aparecer sobre todo cuando la ‘nueva vida’ no es lo esperado.
  • No puedes trabajar para la competencia. Estar en excedencia no impide trabajar para otras compañías y en otros sectores. También es una magnífica oportunidad de montar una empresa o tu propio negocio, pero siempre es necesario respetar las bases que eviten la competencia desleal. En este sentido, es frecuente que la empresa y el trabajador firmen un pacto de no concurrencia. La competencia desleal puede acabar desencadenando un despido disciplinario incluso estando en excedencia.
  • No indemnización en supuestos de ERE. Como último punto en contra de pedir una excedencia, hay que señalar que en casos de extinción de la empresa o en el momento de realizar un ERE o un despido colectivo, en principio, la empresa no tiene obligación de incluir al trabajador en excedencia en esas medidas y por tanto el trabajador podría perder su derecho a